martes, 29 de diciembre de 2015

Cosas que NO quiero en mi boda

ADVERTENCIA: Para relajar el ambiente, este artículo está fuertemente cargado de GIFS. Advertidos quedáis.

¿No os pasa a veces que, aunque no hayáis definido del todo lo que queréis hacer, tenéis claro lo que NO queréis hacer? A Groomzilla le pasa continuamente, pero no estamos aquí para hablar de Groomzilla, que este no es su blog de bodas...



Hay cosas que pueden cambiar en la organización de una (o dos) boda(s), pero algunas permanecen inamovibles desde el principio. Sea por motivos ideológicos, poéticos o porque nos sale de las glándulas suprarrenales, una a veces se planta y declama AH NO, ESO EN MI BODA NANAY.

Esta es una lista de las cosas que NO quiero en mi boda.


Porque aquí, lagartas, mando yo

1. NO QUIERO QUE DADZILLA ME ENTREGUE EN EL ALTAR


Esta monada de comic es de Liz Climo
Basta ya de sáuridas que son entregadas por sus padres en los altares. Hace décadas (desgraciadamente, no podemos hablar de siglos, al menos no en este país) que las mujeres dejamos de ser mercancías en manos de nuestros padres y que pasaban a ser mercancías a manos de sus esposos al casarse. No pasamos de pertenecer a una familia a pertenecer a otra. Las sáuridas sólo nos pertenecemos a nosotras mismas, y nadie puede hacer la pantomima de esta 'entrega' por muy 'tradicional' que sea.
Sí quiero entrar después de Groomzilla en el sitio de la ceremonia, pero eso es porque soy una attention whore y quiero ser el grand finale con mi llegada, mis popelines y mis zapatos. Quiero que me esperen como se espera a una estrella de cine y que todos suspiren a mi paso. Y quiero ir al lado del brazo de mi padre, porque lo adoro con cada escama. 


Pero no por ello, ni por ir acompañada por mi padre hacia el lugar de oficio, significa que me entregue a nadie. Siempre seré su hija, del mismo modo en que seré la esposa de mi marido y, sobre TODO ello, seré siempre YO MISMA, perteneciéndome en exclusiva, en cuerpo y voluntad.


Minuto 3:25 - antes de dar el sí, la infanta Cristina le pide permiso a su padre. Luego me llamáis ranciosáurida a mí pero... ¿este es el ejemplo que debemos seguir? ¡Ni sumisas ni calladas!

2. NO QUIERO QUE NOS DECLAREN MARIDO Y MUJER

Mujer fui y mujer soy, al menos, desde que mi cuerpo y mi mente así me lo confirmaron. Mujer nací, con identidad de mujer, y siempre fui y seré mujer sin que nadie me lo declare en una ceremonia.
Vale, quizá el problema es que 'groom and bride' no tienen traducción en castellano. Los hombres se convierten en 'maridos', mientras que a las mujeres se las declara 'mujeres'... ¿antes qué era, una planta? ¿Si no me hubiera casado, no sería mujer?


Cuando se lo he comentado a Groomzilla, se quedó un poco pasmado. Primero, me dijo que él ni siquiera había hilado tan fino (ah, amigo, parece que no sabes con quién te casas aún), y después me comentó 'pero si es la fórmula normal en las bodas civiles'.

Pues no, querido lagartito de mis entretelas, no lo es. Y menos desde que en nuestro país es legal el matrimonio homosexual. Es un gran NOPE para marido y mujer, pero será un gran HELLYEAH a unidos en matrimonio, por ejemplo.

3. NO QUIERO EL 'PUEDES BESAR A LA NOVIA'

Y vuelta la burra al trigo... venga, ahora que ya es tuya en propiedad tienes permiso para besarla. Pero sólo porque lo digo yo, la autoridad que atestigua que pasa a ser tuya y entonces la ley tácita te ampara. ¿Preguntarle a ella? ¿Para qué?


Es una fórmula que he escuchado, creo, en todas las bodas a las que he asistido, religiosas o civiles. Incluidas las de mis hermanos. Y me resulta más y más insoportable cuanto más lo escucho. Así que no, queridos, nadie tiene que darle permiso a mi lagarto para que me bese, ni yo tengo por qué someterme a la imposición sexual de un tercero sobre mi partenaire y, mucho menos, sobre mis labios.


Que le den al heteropatriarcado

4. NO QUIERO QUE ME CORTEN LA LIGA

Otra de esas costumbres que aún se estila pero que está en franca (y lógica) extinción. Representaba, en un inicio (estamos hablando de tiempos pretéritos, hace cosa de cinco siglos), la pérdida de la virginidad de la esposa con el acto del matrimonio, y solía ser el marido el que perseguía a la novia hasta quitarle las ligas. Esta costumbre evolucionó hasta el momento actual, en que también se ha implicado al hombre en ello, cortándole la corbata (aunque este corte simboliza el final del tiempo de fiesta, locura y pindonguería juvenil).

Como hoy en día es, en todo grado, absurdo pensar que las mujeres llegan vírgenes al matrimonio (y me alegro de que sea así), y tampoco casarse significa perder la oportunidad de la fiesta, ya está tan obsoleta esta costumbre y tan falta de sentido que no veo la razón para que nadie se me meta debajo del cancán y me arranque una pieza de lencería. Las Galas se pueden pedir de otras maneras... sí, amigos, se puede una no cortar la liga y aun así conservar las Galas.


La llevo clavada a la prótesis con hilos de acero, monín
Muchas de mis lectoras se preguntarán qué es eso de las Galas. En Zillaland se estila pedir a los invitados una aportación económica discreta, una especie de propina, para los novios. Esta propinilla se suele obtener a cambio de los trozos de liga de la novia o de corbata del novio. Conseguir un trozo del traje de la novia tradicionalmente se considera de muy buena suerte para quien se lo lleve, con promesas de abundancia y riqueza. Muy habitualmente, los amigos (que son los que piden el dinero para los novios, normalmente en una bandeja o una botella) suelen cantar coplas picantonas. Cosas de Zillaland.


El nuestro es un amor antiguo pero que corre con los nuevos tiempos

Pues bien, hay otras maneras de proseguir con la tradición de las Galas y no tener que desvirgar a nadie. Os preguntaréis cómo... ah, para eso tenéis que esperar a nuestra boda, amigos.

5. NO QUIERO EN EL BAILE:

- Canciones que digan que sin ti me muero, no soy nada, si te vas me muero, no era nadie hasta que te encontré, eres mía/mío. Por favor... Esta parte del amor romántico creía que ya la habíamos superado.

- Canciones de desamor, maltratos, traición, violencia o fuertemente sexuales. Diréis... WHA? Sí, amigos, las he escuchado. EN BODAS. Hay grupos que las ofrecen como acompañamiento musical a la ceremonia. Hay gente que incluso las elige para ir al altar. Y todo porque están EN INGLÉS Y NO LAS ENTIENDEN. Pues yo sí las entiendo, y son un gran NO.

La gente piensa: '¿Qué mas dará, mientras sean bailables?'
Por ejemplo, Someone Like You de Adele es una de las más utilizadas... pues bien, esta canción es sobre una mujer que le habla a su expareja, y le desea lo mejor mientras se despide de él, ¿de verdad quieres esta canción para bailarla con tu marido? ¿O para caminar hacia el altar? ¿Sólo porque entiendes vagamente que habla a alguien y es como bonica?





He estado en bailes de boda donde se ha bailado Relax, sin que la audiencia supiera que trata de la masturbación. Incluso, por todos los dioses, My name is Luca, que son las palabras de un niño maltratado pidiendo a su vecino que no llame a la policía mientras escucha cómo le pegan. Todo así, cosas muy nazis.

Party hard
- La Macarena. No hay más preguntas, señoría.

6. TIRAR EL RAMO

Esta costumbre importada pero ya arraigada fuertemente (como están arraigando las damas de honor, por ejemplo) personalmente me parece una tontuna. Vamos, que además de desprenderte del ramo (que cuesta UN OJO de la cara), encima obligas a la amiga de turno, que a lo mejor ni siquiera quiere casarse, a sufrir el escarnio público y la vergüenza social de estar obligada a ser la siguiente.

Y la próxima en casarse será... el maldito tejado
Siempre, además, está la tía/abuela/madre graciosita que se pone a coger el ramo para dárselo a la soltera que considera debe ser la siguiente. Como siempre, las señoras mayores opinando sobre las señoras jovencitas y el famoso tiempo de cocción de su arroz.
Sí. Por lo visto nuestro útero es una arrocera, nuestros óvulos son arroz y los periodos son... dejémoslo.

En lugar de lanzar ramos, prefiero lanzar enemigos
Y esto es todo... de momento. Que aún me quedan 10 meses para seguir inventándome vetos.

Nos vemos en la próxima entrega, sáuridas mías.

5 comentarios:

  1. ¡Jajajaja, me he reído mucho con esta entrada! XD

    Veamos, comparando con mi boda...

    1) La verdad, sí fui del brazo de mi padre, pero para mí no fue rollo "papá me entrega", sino "yo dejo la casa de papá para irme a mi propia casa con mi marido". En realidad fue tradición más que otra cosa, porque en realidad llevaba viviendo con Juanjo casi un año cuando nos casamos :-P

    2) Como me casé por la iglesia, era la fórmula al uso y no le di más vueltas. La verdad es que ni se me había ocurrido la interpretación que has hecho tú. A ver si Groomzilla va a tener razón e hilas demasiado fino... :-P

    3) Mah, a mí tampoco me lo dijeron ni falta que hizo. Yo besé al novio por mi cuenta XDD

    4) Lo de la corbata/liga lo considero una ordinariez que a día de hoy, al menos en mi tierra, sólo se hace en las bodas de pueblos. Entre mis amigas valencianas no lo he visto ni una vez. Y tampoco tenemos la costumbre esa de las galas; lo normal es que el regalo se haga aportando un presente o una cantidad a la lista/cuenta de bodas. A decir verdad me parece un poco raro, porque, ¿no es como si los novios estuvieran pidiendo doble regalo a todo el mundo?

    5) Como recordarás, en mi boda sonó mayormente rock y heavy metal; de hecho la canción que abrió el baile fue "Sleeping Sun" de Nightwish y la canción estrella de la noche fue "Hard Rock Hallelujah" de Lordi. No digo más XD

    6) Tampoco tiré el ramo, opino lo mismo que tú en este asunto. Se lo regalé personalmente a mi mejor amiga, que ya tenía fecha para casarse ese mismo año, en Octubre (mi boda fue en Julio).

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  2. Jajaj... me parto y cada vez adoro más tus entradas al blog. Pienso que la fórmula correcta es marido y esposa. Sin que eso signifique un artilugio que te atrapa a mi lado para siempre. Las canciones son importantes muuucho. Y lo del padre me da igual... creo que me acompañaría sólo para comprobar que no está soñando y que hay un hombre que me soporta.

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  3. Sobre el 4, es simplemente una diferencia de costumbres. En realidad viene de la alta sociedad francesa, jatetú.

    Y lo de las galas es diferente al regalo. En mi tierra la gente (o bien en la cuenta corriente o bien en sobre en el banquete) suele cubrir monetariamente el cubierto, y aportar un poco más como regalo. En otros sitios, como en Mallorca, no se paga nada del cubierto y se suele hacer un regalo de boda (material o monetario).
    Lo de las galas es un poco como la cesta que pasan en la iglesia, hay quien da un euro, hay quien da cinco. Lo que más importa es que se lo pasan bien los amigos de los novios pidiendo que se rasquen las monedillas del bolsillo los asistentes... como el padrino de bautismo a la salida de la iglesia con los niños, algo así. Hay grupos de amigos que las galas las dan con 'novatada', por ejemplo, metidas las monedas dentro de un bloque de hormigón, o en monedas de dos céntimos...

    Lo del ramo, en mi tierra lo que se da a los que se casarán después es una figura de unos novios (antiguamente era la figura de la tarta).

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  4. Susana, lo de que mi padre me acompañe como verás no lo descarto, ¡por supuesto que quiero que me acompañe y que sea el padrino de mi boda! Lo que no quiero es que me entregue, en plan, saludar al novio y darle mi mano o mi brazo, como he visto en ocasiones. O incluso en algunas bodas religiosas el sacerdote pregunta '¿quién entrega a esta novia?'

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